sábado, 24 de diciembre de 2011

Antibióticos

Antibióticos, cuidado con ellos

  • Pueden alterar la flora intestinal durante largos periodos
  • Los expertos alertan de la necesidad de limitar el consumo de estos fármacos
¿Qué significa esto? Según Cecilia Jernberg, autora principal de dicho trabajo, "aumenta el riesgo de infecciones, se reduce el éxito de futuros tratamientos con antibióticos y se producen nuevas cepas de bacterias resistentes a estos fármacos.
Según los especialistas, la flora intestinal es un conjunto de bacterias 'buenas' y 'malas' localizadas en el aparato digestivo, fundamentales para proteger al intestino de infecciones. Con el uso de antibióticos, "el equilibro de la flora se rompe y se modifica su composición", explica Miguel Rivero, especialista de digestivo del Hospital Sureste de Madrid. Hasta ahora, "pensábamos que la flora se reestablecía [de forma natural] en unas dos semanas, como mucho un mes".
Sin embargo, este estudio demuestra que el desequilibrio bacteriano podría "extenderse hasta dos años, incluso con tratamientos cortos, de tan sólo siete días", apuntan los autores suecos. Esto significaría, añaden, que "se pueden desencadenar nuevas enfermedades y los microorganismos resistentes a los antibióticos se desarrollarían aún más".
"A diferencia de los anteriores trabajos, éste se centra en métodos moleculares, no en cultivos. Es decir, no analiza tanto la cantidad de las bacterias como la calidad e incluye especies descartadas en anteriores ocasiones. Además, los autores han utilizado técnicas más sensibles para detectar alteraciones", señala el doctor Rivero.
Dados los resultados, los responsables de la investigación sugieren que "se utilicen los antibióticos con cautela, ya que no hay nada para la resistencia a estos fármacos". Y agrega: "El desarrollo de nuevos antibióticos es lento, por lo que deberíamos hacer un buen uso de los existentes".
Lo mismo piensa Rivero: "Es importante ser más racional en el uso de estos medicamentos y restringirlos a las personas que realmente lo necesitan".
Casualmente, se han reunido esta semana en Barcelona especialistas en Microbiología, Infectología e Inmunología. Al igual que los investigadores suecos y el doctor Rivero, alertan de la necesidad "urgente" de que los españoles limiten su consumo de antibióticos, para preservar su eficacia futura. Subrayan, además, que ya "no es excepcional" que los hospitales atiendan a pacientes infectados por microorganismos totalmente resistentes a estos medicamentos, lo que constituye un problema para los sistemas de salud.
En la actualidad, concluyen, "el uso prudente y adecuado de los antibióticos disponibles ya no es una recomendación, sino una urgencia".

Fuente: El Mundo.es

El 32% de la población española sufre algún caso de ardor o acidez cada mes

La prevalencia real es difícil de calcular, ya que muchos de los pacientes no llegan a consultas especializadas y son tratados en Atención Primaria o se automedican.
Una alimentación sana y equilibrada ayuda a prevenir problemas gastrointestinales.
Alrededor de un 32% de la población española sufre pirosis (ardor o acidez) todos los meses y aproximadamente un 22% tiene regurgitaciones. Son los síntomas principales presentes en aquellas personas que padecen Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE), una patología de la que se desconoce la prevalencia real porque muchos pacientes no llegan a las consultas especializadas y se tratan en Atención Primaria o bien se automedican. No obstante, se calcula que representa el 5% de las consultas en la Atención Primaria de los países occidentales. Por ello, durante el Congreso Andaluz de Patología Digestiva celebrado en Almería, los especialistas aprovecharon para presentar el primer Atlas de la ERGE, un completo manual no sólo para médicos en formación, sino también para especialistas en aparato digestivo y otras especialidades.

El Atlas, editado por los doctores Federico Argüelles-Árias, Manuel Rodríguez-Téllez y Juan Manuel Herrerías, con la colaboración de AstraZeneca, está dividido en nueve capítulos donde se exponen desde los conocimientos e imágenes más conocidas y tradicionales hasta otras inéditas. Asimismo, se muestran las diferentes técnicas que hoy en día se utilizan en patología digestiva y en el diagnóstico, seguimiento y mejor conocimiento de la enfermedad. También hay capítulos novedosos como la capsuloendoscopia.

Por otra parte, se recuerda que la ERGE se ha diagnosticado clásicamente por la presencia de pirosis y regurgitación ácida, siendo estos los síntomas típicos de la enfermedad. Sin embargo, existen otros síntomas menos comunes como los eructos, el dolor torácico no cardíaco y otros que se denominan atípicos o extraesofágicos, como la tos o la sensación de globo faríngeo.

Cuando no existen síntomas de alarma, los médicos establecen el diagnóstico clínico de esta enfermedad e inician el tratamiento sin necesidad de realizar otras pruebas complementarias. Así, indican el tratamiento con inhibidores de la bomba de protones (IBP) a dosis estándar, al menos durante dos semanas y posteriormente valoran la respuesta. Los IBP son fármacos antisecretores que actúan sobre la bomba de protones de las células parietales. Son más eficaces que los antagonistas H2 en el tratamiento a corto plazo de la ERGE típica y de la esofagitis por reflujo. Los especialistas aseguran que la primera opción de tratamiento en el síndrome típico y la esofagitis por reflujo gastroesofágico, tanto en la fase aguda como durante el periodo de mantenimiento, debería realizarse con IBP.

El efecto de los IBP se hace máximo cuando se administra la dosis adecuada y se toma antes de las comidas. Se recomienda tomarlos antes del desayuno. En pacientes que no responden a la dosis estándar, se acepta utilizar dosis dobles y repartir la dosis diaria en dos tomas, antes del desayuno y antes de la cena. Asimismo, el uso a demanda e intermitente de los IBP ha demostrado ser eficaz en los pacientes con ERGE no erosiva.

Cinco hábitos saludables evitarían un cuarto de los cánceres intestinales

Realizar actividad física frecuente, vigilar el perímetro abdominal, beber alcohol con moderación, no fumar y mantener una dieta sana son las reglas de oro.
Las recomendaciones aconsejan realizar al menos 30 minutos de ejercicio al día.
Casi una cuarta parte de los casos de cáncer colorrectal podrían evitarse si las personas siguieran los consejos sobre un estilo de vida saludable en cinco aspectos, que incluyen la dieta y el ejercicio, según un estudio del Instituto de Epidemiología del Cáncer en Dinamarca que se publica en la edición digital de la revista British Medical Journal. Los investigadores descubrieron que quienes seguían las recomendaciones sobre actividad física, circunferencia de cintura, tabaquismo, alcohol y dieta podían reducir el riesgo de desarrollar cáncer intestinal hasta en un 23%.

Los autores de la investigación querían estudiar el vínculo entre seguir un estilo de vida saludable y el riesgo de cáncer intestinal en personas de mediana edad y descubrir la proporción de casos del cáncer que podrían estar asociados con la falta de seguimiento de estos consejos. El estudio reunió datos de 55.487 hombres y mujeres de entre 50 y 64 años, ya que este cáncer es raro entre personas de menos de 40 años, que no habían sido diagnosticadas antes con la enfermedad. Estas personas fueron investigadas durante casi 10 años hasta 2006.

Todos los participantes rellenaron un cuestionario sobre estilo de vida que incluía cuestiones sobre factores sociales, estado de salud, factores reproductivos y hábitos así como aspectos de la frecuencia alimentaria desarrollados todos para evaluar el consumo medio durante 12 meses. Los investigadores crearon un índice de estilo de vida saludable utilizando recomendaciones de salud pública internacionales procedentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Fundación Mundial de Investigación del Cáncer y las Recomendaciones de Nutrición Nórdicas. Estas recomendaciones internacionales incluían estar físicamente activos durante al menos 30 minutos al día, no tomar más de 7 bebidas alcohólicas a la semana en el caso de mujeres y 14 en el de hombres, no fumar, tener una circunferencia de cintura menor de 88 en mujeres y 102 en hombres y consumir una dieta sana. Durante el periodo de seguimiento 678 personas fueron diagnosticadas con cáncer intestinal. Tras examinar cómo los participantes seguían estas 5 indicaciones de estilo de vida, los investigadores calcularon que si todos los participantes, salvos los más saludables, hubieran seguido incluso sólo una de las recomendaciones, hubiera sido posible evitar el 13 por ciento de los casos de cáncer. Si todos los participantes hubieran seguido las cinco recomendaciones ascendería al 23 por ciento el total de casos evitables. Los investigadores concluyen que su estudio revela la utilidad del mensaje de salud pública de que incluso pequeños cambios en el estilo de vida pueden tener un gran impacto sobre el riesgo de cáncer colorrectal.
Fuente: MalagaHoy.es

La vida occidental ataca las defensas

El estrés y malos hábitos alimentarios disparan las alergias y enfermedades autoinmunes | "Creíamos que las bacterias atacaban el sistema inmune y hemos visto que son las que lo protegen"

Se necesitarían muchas líneas para enumerar las enfermedades autoinmunes e inflamatorias que afectan al ser humano y otras tantas para contabilizar los distintos tipos de alergia que puede presentar el hombre... Pero sólo se precisa de dos palabras para explicar qué tienen en común: el fallo del sistema inmunitario, es decir, el sistema que constituye las defensas naturales del organismo. Pero, ¿por qué falla? La ciencia aún no ha encontrado la respuesta, pero lo que sí ha constatado es que en los últimos años se han disparado los casos de alergias y de afectados por enfermedad autoinmune y la única razón que puede explicarlo es que los hábitos de vida de Occidente –alimentación, estrés, falta de ejercicio...– están repercutiendo seriamente en las barreras naturales del organismo.
Este es uno de los puntos tratados en el encuentro científico sobre Investigación en Inmunología, celebrado ayer en la Real Academia Nacional de Medicina, de Madrid, con motivo del día internacional de la Inmunología. El doctor José Ramón Regueiro, catedrático de esta especialidad de la Universidad Complutense de Madrid, señaló que el cada vez menor contacto con los parásitos y la vida aséptica impuesta en la sociedad moderna está provocando una disfunción del sistema inmunitario, "porque no se está utilizando para lo que estaba diseñado que era defender al organismo de las infecciones". Y reiteró que el exceso de higiene, la falta de contacto con el campo, entre otras cuestiones, ha provocado que la población esté cada vez menos expuesta a los patógenos, por lo que el sistema inmunológico se torna "ocioso". Es curioso, señaló, cómo han bajado las enfermedades infecciones mientras crecen las autoinmunes y las alergias.

"Los científicos hemos cometido un grave error. Creíamos que el sistema inmune era atacado por las bacterias y nos hemos dado cuenta de que son las bacterias las que protegen el sistema". Así lo indicó el doctor Marc Daeron, director del área de inmunología y alergología del Instituto Pasteur de París, centro de referencia en la investigación en biología, microbiología e inmunología. El doctor Daeron explicó que en este momento los 200 investigadores de este organismo trabajan en el estudio del desarrollo del sistema inmunológico, de las respuestas del mismo y las patologías derivadas de él. "Estamos estudiando cómo funcionan los anticuerpos y estos con los antígemos, y hemos comprobado que las células tienen receptores activos e inhibidores", explicó. De todo esto, se espera que algún día se pueda entender por qué el sistema inmune reacciona contra una parte del organismo, o contra sustancias en principio inofensivas, como el polen o el polvo.

Una de las líneas de investigación abiertas en este momento es cómo los alimentos pueden influir en la activación de las defensas. En este sentido, la doctora ascensión Marcos, profesora de Investigación del CSIC, apuntó que numerosos trabajos han puesto de manifiesto que los alimentos que contienen probióticos, es decir, microorganismos beneficiosos para el organismo si se incorporan a la dieta diaria, ayudan a regular el sistema inmune.

Regueiro aprovechó la ocasión para exigir un mayor compromiso por la investigación en este área y pidió la creación del Instituto de Inmunología, como el CNIO (investigación sobre el cáncer) o el CNIC (enfermedades cardiovasculares). "La inmunología estudia procesos que afectan a multitud de patologías, y se necesitan inmunólogos para poder entenderlas", indicó. La investigación en inmunología en España no llega al 3% de la producción científica nacional, frente al 5% de Italia, el 7% de Francia y el 10% del Reino Unido.
Enfermedades crónicas
El gran problema para los que padecen una enfermedad autoinmune es, precisamente, que por el momento no existe tratamiento al desconocerse qué es lo que hace que el propio sistema inmunitario se convierta en el agresor del propio organismo. Muchas de estas enfermedades no tienen efectos directos sobre la salud física del paciente, como es el caso del vitíligo (muerte de las células responsables de las pigmentación de la piel), pero en otras sí, y además, serios. Es el caso de la diabetes, la fibromialgia, la esclerosis múltiple, el lupus eritematoso o la artritis reumatoides, que afectan a varios órganos. Hay otras específicas de un órgano, como la anemia perniciosa, la atrofia gástrica, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa o las diabetes melitus tipos 1 y 2, enfermedades serias que condicionan seriamente la vida de quienes la padecen y que, en muchos casos, llegan a ser invalidantes. A estas se unen las alergias, que dependiendo de la severidad pueden llegar a producir asma.

FLORA El organismo posee una serie de barreras naturales que lo protegen de la infección de agentes patógenos y una protección biológica por medio de la microflora natural que posee. En la flora intestinal se encuentra el 70% de las defensas.
Fuente: LaVanguardia.es

La alimentación saludable mejora el desarrollo cognitivo

Las autoridades recomiendan la ingesta de. al menos, cinco piezas de fruta al día. 
Un estudio de la Universidad Heinrich-Hein de Düsseldorf, Alemania, ha demostrado que los sujetos que ingieren frutas y hortalizas en las cantidades recomendadas tienen un mejor funcionamiento de su sistema cognitivo. El estudio tomó como muestra a personas sanas de entre los 45 y 102 años, y se observó que aquellos que tienen una ingesta adecuada de frutas y hortalizas en su alimentación diaria tienen una mayor capacidad de generar antioxidantes naturales y presentan un mejor comportamiento cognitivo. Estos resultados son decisivos a la hora de prevenir enfermedades degenerativas, como por ejemplo el alzhéimer u otras demencias. Algunas frutas y hortalizas contienen mayores capacidades antioxidantes, como puede ser las que presentan un color rojizo, morado o azulado (las bayas, la lombarda, la berenjena o la granada) contienen una sustancia denominada antocianina, cuyas propiedades antioxidantes han sido evaluadas incluso en la prevención del cáncer. Igualmente, las hortalizas de hoja verde (espinacas o acelgas), cuya concentración de vitamina C es bastante elevada, ayudan a proteger nuestro sistema inmunológico.

Fijar de modo cuantitativo el consumo de frutas y verduras tiene una enorme utilidad, pues con frecuencia se indica la cantidad óptima en raciones, término poco concreto. Incluso existe, fundamentalmente en países anglosajones, la iniciativa Cinco al día, que propugna la conveniencia de tomar al día cinco raciones de frutas y verduras. En fecha reciente se ha dado a conocer en una publicación de la Organización Mundial de la Salud el estudio más amplio realizado hasta la fecha sobre la relación entre la morbilidad y la ingesta de frutas y verduras, excluidas las patatas. De este modo se demostró que la in gesta habitual de cinco piezas de fruta diarias reduciría la carga mundial de la cardiopatía isquémica en un 31% y la de los accidentes cerebrovasculares en un 19%. En el caso de los cánceres de estómago, esófago, pulmón y colon/recto, las reducciones potenciales serían del 19%, 20%, 12% y 2%, respectivamente.
Fuente: MalagaHoy.es

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