sábado, 24 de diciembre de 2011

Comer pescado

Comer pescado podría disminuir el riesgo de diabetes

Según un estudio publicado en la revista Nutrición Hospitalaria

Comer pescado podría disminuir el riesgo de diabetes, según un estudio realizado por el equipo liderado por la investigadora de la Universidad de Valencia Mercedes Sotos Prieto, incluido en el estudio ‘Prevención con Dieta Mediterránea’ (Predimed). Sus resultados se publican en la revista “Nutrición Hospitalaria”.
Estudio publicado en Nutrición Hospitalaria.
Estudio publicado en Nutrición Hospitalaria.
El objetivo de este análisis, realizado en la Comunidad Valenciana sobre un total de 945 personas (340 hombres y 605 mujeres) entre los 55 y los 80 años de edad y con alto riesgo cardiovascular, fue conocer el patrón de consumo de carne y pescado en esta población, sus correlaciones con la adherencia a la dieta mediterránea y su asociación con factores de riesgo cardiovascular.
Los resultados muestran que esta población mediterránea presenta una ingesta elevada de carne roja y de pescado. Sin embargo, mientras que el consumo de pescado se asocia con una menor prevalencia de diabetes y menor concentración de glucosa, el de carne roja –en particular de embutidos– se relaciona con un mayor peso y prevalencia de la obesidad.
Comer carne roja en exceso se relaciona con mayor riesgo cardiovascular y con problemas de hipertensión y diabetes, además de con un moderado incremento de mortalidad, en particular por cáncer y enfermedades cardiovasculares. Por contra, el pescado, incluido en la dieta mediterránea, tiene efectos cardiosaludables.

Hábitos preocupantes en los países mediterráneos

Según ha explicado Sotos en declaraciones a SINC recogidas por Europa Press, “en los países mediterráneos el consumo de alimentos característicos de su dieta ha disminuido en las últimas décadas para aumentar el de grasas saturadas, procedentes sobre todo de carnes rojas y bollería industrial”. “Esto es realmente preocupante”, admite.
Los autores de este estudio afirman que, a pesar de tratarse de un estudio transversal, que no determina una relación causal entre factores, son varios los trabajos que coinciden en señalar que el consumo de pescado -tanto blanco como azul, aunque este último en mayor medida- se asocia con un menor riesgo de diabetes tipo 2.
“Se han sugerido varias hipótesis que explican por qué el consumo de pescado podría estar relacionado con el riesgo de diabetes“, indican estos expertos, apuntando que “el aumento de los omega 3 en las células del músculo esquelético mejora la sensibilidad a la insulina“.
“Resulta importante conocer el patrón dietético de la población española para saber si los hábitos están cambiando y por tanto, debemos reforzar la educación alimentaria“, subraya Sotos Prieto.

Disminuir el consumo de carne roja y mantener el de pescado

“Habría que instaurar programas de intervención dietética para evitar alejarse del patrón tradicional mediterráneo, es decir, disminuir el consumo de carne roja y mantener el de pescado“, propone.
El consumo elevado de grasas saturadas procedentes de la ingesta de carne roja y embutidos fue mayor en el caso de los hombres. Las mujeres demostraron comer más carne blanca, en particular pavo y pollo.
En relación al consumo de pescado, no se encuentran diferencias significativas de género. En general, las mujeres presentaron una mayor puntuación para ‘patrones dietéticos sanos’ o ‘dietas prudentes’, en relación con los hombres.

Beneficios antienvejecimiento del aceite de oliva

La Revista AGE publicará próximamente nuevas pruebas sobre los beneficios saludables del aceite de oliva virgen. Pruebas encontradas por un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba, que demuestran las propiedades antienvejecimiento del aceite.
Un equipo de investigadores del Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología de la Universidad de Córdoba ha logrado recientemente ofrecer nuevas pruebas sobre los beneficios saludables del consumo habitual de aceite de oliva virgen. Demostración que ya ha sido aceptada para su publicación en la revista AGE, de gran relevancia en el ámbito de la biogerontología.
En esta ocasión, los científicos de la UCO se han basado en la observación de los cambios en determinadas proteínas usadas como marcadores para poder llegar a los resultados que publicará AGE y que apuntan claramente a la influencia del aceite de oliva virgen en la protección contra la inflamación, el estrés oxidativo y el riesgo cardiovascular propios del envejecimiento.
Los investigadores cordobeses hicieron las pruebas estudiando cómo el aceite de la dieta afecta a las proteínas plasmáticas de ratas jóvenes (6 meses) o viejas (24 meses) alimentadas a lo largo de su vida con dietas que contenían como fuente grasa bien aceite de oliva virgen o aceite de girasol. Emplearon además una estrategia proteómica basada en la separación de proteínas mediante electroforesis bidimensional -técnica muy utilizada en medicina molecular- y posterior identificación mediante espectrometría de masas -técnica que permite analizar con precisión los componentes de las mismas.
De esta forma, el equipo de investigación que dirige el profesor José Manuel Villalba, ha probado que, en comparación con la dieta que contenía aceite de girasol, la dieta enriquecida en aceite de oliva virgen indujo disminuciones significativas en los niveles plasmáticos de las proteínas de fase aguda, justo lo contrario de lo que ocurre en los procesos inflamatorios, así como en proteínas habituales en situaciones de estrés oxidativo, y las relacionadas con la coagulación sanguínea, el riesgo cardiovascular y con el metabolismo y el transporte de lípidos. Entre estas observaciones, los investigadores de la UCO destacan el hecho de el aceite de oliva redujera sensiblemente los niveles de fibrinógeno, uno de los principales marcadores asociados al riesgo cardiovascular, los de T-kininógeno, cuyos niveles incrementan de manera sustancial durante los últimos meses de vida en la rata, los de β2-glicoproteína I, una proteína relacionada con las complicaciones trombóticas en pacientes autoinmunes, y los de la Clusterina, una proteína cuyos niveles se encuentran incrementados en diversos estados patológicos como la aterosclerosis y constituyen un marcador en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer en humanos.
Por otro lado, la dieta enriquecida en aceite de oliva incrementó los niveles de apolipoproteína A-I, una proteína relacionada con la protección contra la arterioesclerosis, y contrarrestó muchos cambios en los niveles de proteínas plasmáticas asociados a la edad.

Manzanas contra el colesterol 'malo'

Un estudio evalúa a largo plazo los efectos cardioprotectores del consumo de esta fruta en mujeres posmenopáusicas.
El consumo diario de manzanas disminuye el colesterol malo en mujeres posmenopáusicas, según un estudio de la Universidad del Estado de La Florida en Estados Unidos que se ha hecho público durante el encuentro Experimental Biology 2011. El trabajo es el primero que evalúa a largo plazo los efectos cardioprotectores del consumo diario de una manzana.

En el estudio participaron 160 mujeres de entre 45 y 65 años que fueron divididas en dos grupos dietéticos: uno recibió 75 gramos diarios de manzanas desecadas durante un año y el otro grupo comió ciruelas desecadas también a diario ese mismo año. Los autores tomaron muestras sanguíneas a los 3, 6 y 12 meses. Según explica Margaret A. Sitton, responsable del estudio, "se produjeron increíbles cambios en las mujeres que comían manzanas a los 6 meses, ya que experimentaron un 23% de disminución en el colesterol LDL, el denominado colesterol malo".

El consumo diario de manzanas también condujo a una reducción de los niveles de hidroperóxido lípido y de proteína C reactiva en estas mujeres. "Nunca esperé que el consumo de manzanas redujera el colesterol malo en esta medida mientras que aumentaba el colesterol bueno en alrededor de un 4%", señala Bahram Arjmandi, coautora del estudio. Otra ventaja es que las 240 calorías extra al día procedentes del consumo de la manzana desecada no condujo a un aumento de peso en las mujeres, sino que, en realidad, perdieron una media de 1,5 kilogramos.

La reducción del peso corporal es un beneficio añadido al consumo diario de manzanas", añade Arjmandi. Parte de la razón de la pérdida de peso podría ser la pectina de la fruta, que se conoce por provocar una sensación de hartazgo.
Fuente: MalagaHoy.es

Necesidad de cambios en la pirámide de la alimentación


- Imagen: Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición -
Los avances en investigación sugieren algunas modificaciones en la pirámide de la alimentación. No son muchas, pero sí son relevantes para una mejor promoción de hábitos alimentarios saludables. Las pirámides se entienden como unas herramientas educativas para la transmisión de mensajes hacia unos buenos hábitos alimentarios, dirigidos a la población general o a grupos concretos como los niños y adolescentes, para quienes se adapta tanto el lenguaje escrito como las imágenes gráficas. El mensaje de cambio, que se recibe como un "pensamiento en voz alta" desde el GREP-AEDN de acuerdo a las evidencias en nutrición, se podría resumir en la presencia de frutas y hortalizas en la base de la pirámide, promoción de un mayor consumo de cereales integrales, aprovechar los beneficios de los frutos secos junto con los del aceite de oliva, potenciar las legumbres y su combinación con los cereales integrales como una fuente excelente de proteína y retirar las bebidas alcohólicas.
  • La base de la pirámide: las frutas y las hortalizas. Hasta ahora, la base de las pirámides está ocupada por el grupo de los farináceos, que incluye los cereales y derivados (arroz, pan, pastas), junto con tubérculos, representados por la patata. De esta manera se ha traducido el mensaje de que el mayor porcentaje de nutrientes que necesita el organismo son los hidratos de carbono, identificados en estos grupos de alimentos. El primer cambio sustancial propuesto por el GREP-AEDN afecta al pedestal de la pirámide, a favor de que lo ocupen las frutas y las hortalizas y verduras. Ambos grupos de alimentos son los únicos que hasta el momento han demostrado evidencia de peso en la prevención de numerosas enfermedades crónicas, entre ellas, las de mayor incidencia en nuestro país, las cardiovasculares y el cáncer. A esto se suma que son alimentos saludables por su propia naturaleza, puesto que reúnen en su composición variedad de nutrientes que se promocionan como integradores de una dieta protectora, como la fibra, las vitaminas y los compuestos fitoquímicos antioxidantes. Éste es el primer paso hacia la promoción de una alimentación más vegetal. La Organización Mundial de la Salud y el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer (AICR) recomiendan, para conseguir sus efectos protectores, un consumo igual o superior a 600 gramos diarios de frutas, hortalizas y verduras. Según la Asociación "5 al día", una ración de frutas equivale a 140-150 gramos en crudo y limpio, por lo que la cantidad diaria que se debe consumir sería de 420-450 gramos. En cualquier caso, se come menos fruta de lo necesario, tal y como ha quedado reflejado en los resultados de la primera encuesta nacional de ingesta dietética española.
  • Segundo escalón: los cereales, pero integrales. El siguiente cambio inevitable es promover el consumo de cereales integrales. En los estudios que han comprobado científicamente la asociación entre el consumo excesivo de grasas, en particular las grasas trans y las saturadas, con la tasa de mortalidad de la población por enfermedades cardiovasculares, se ha demostrado que el grado de refinamiento de los cereales tiene una asociación inversa con la salud cardiovascular. Por tanto, el mensaje hacia una alimentación saludable debería transmitirse desde un discurso paralelo: ser prudentes y disminuir el consumo de grasas trans y saturadas y aumentar recíprocamente el consumo de cereales integrales y de sus productos derivados. Incluso debería darse el consejo de un mayor consumo de cereales integrales y completos, es decir, procedentes del grano entero. Esta propuesta da cabida a introducir en los menús cereales menos conocidos en nuestro país, aunque de consumo habitual en otros, como el cuscús (cada vez con mayor presencia), el mijo, el bulgur o la quinoa (esta última, aunque no es un cereal, responde culinariamente como tal).
  • Las legumbres, mejoran posiciones. Las legumbres deberían mejorar posiciones al considerarse alimentos funcionales, dada su compleja y completa carga de nutrientes y elementos no nutritivos, pero de relevancia en la salud. Desde el punto de vista nutritivo, lo justo es situar a las legumbres al mismo nivel que los cereales integrales, al considerarse ambos grupos como alimentos básicos de la alimentación, puesto que contienen abundantes hidratos de carbono, los nutrientes que el organismo precisa en mayor cantidad para un funcionamiento íntegro. Por otro lado, la abundancia en proteínas vegetales y ausencia natural de colesterol y grasas saturadas de las legumbres obliga a contemplarlas como sustitutos proteicos perfectos de las carnes. Además, la máxima calidad proteica está garantizada si se sirven las legumbres en el menú en combinación con cereales como el arroz (lentejas con arroz), la pasta (sopa de fideos y garbanzos) o el cuscús (cuscús con garbanzos o con guisantes), entre algunos ejemplos de cereales y derivados.
  • Reconocer la grasa buena: aceite de oliva y frutos secos. La grasa insaturada de los alimentos ha demostrado efectos beneficiosos para la salud cardiovascular. Está representada por los ácidos grasos monoinsaturados, abundantes en el aceite de oliva, y por los ácidos grasos poliinsaturados, cuya presencia es relevante en los frutos secos. Estos últimos, están colocados en distintas pirámides de referencia en el vértice, al considerarse solo por su elevado valor energético. Sin embargo, son innumerables las investigaciones que sustentan los efectos cardioprotectores de los frutos secos, así como que un consumo racional de estos alimentos grasos no se vincula a la obesidad, e incluso todo lo contrario, ayuda a regular el peso porque calma el apetito por mecanismos de saciedad, dada su riqueza en fibra. Por ello, desde el GREP-AEDN, sugieren que frutos secos y aceite de oliva compartan un espacio propio, porque son alimentos grasos y por las virtudes nutricionales saludables demostradas.
  • Leche y derivados: no todos son iguales. La composición nutricional de la leche y de los distintos derivados lácteos varía de manera notable, en particular, si se compara con los quesos. Esto favorece que se piense que no se puede equiparar el consumo de ambos alimentos. El queso es un producto derivado de la leche, considerado como un alimento proteico graso, y su composición bromatológica se aleja de la leche y el yogur, salvo las versiones menos curadas, como los quesos frescos. De igual modo, convendría informar a la población de otras fuentes dietéticas de calcio, con el fin de que no sean los lácteos las únicas referencias. Es el caso de las sardinas y los boquerones, los frutos secos, las semillas de sésamo o las verduras de hoja verde. Esta reflexión invita a plantear una categoría aparte en la pirámide para la leche y los yogures, porque no son alimentos con una alta densidad grasa ni con una elevada carga proteica, sino como una combinación moderada de ambos nutrientes. También se apuesta por una menor frecuencia en el consumo de leche y yogures, derivados bajos en grasa y quesos.
  • La proteína animal, en su justa medida. En atención a la educación alimentaria del consumidor, debe saber que el aporte de proteína animal puede devenir de la carne (con preferencia por las carnes blancas frente a las carnes rojas), el pescado (blanco y azul) y los mariscos, los huevos, el jamón o los quesos. Además, se debe insistir en un consumo semanal de todos estos alimentos, no necesariamente diario, ya que las encuestas dietéticas más recientes constatan que la población española consume demasiada carne.
  • Para beber: solo hay hueco para el agua. Desde la AEDN apuestan por seguir las indicaciones de la pirámide NAOS de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que prescinde de las bebidas alcohólicas, aunque sean de baja graduación, como la cerveza o el vino, y se promociona la hidratación mediante el consumo de agua, como elemento insustituible para hidratar y calmar la sed. Respecto al alcohol, el mensaje del GREP-AEDN es claro y contundente. Los profesionales de la salud no deberían enfatizar el consumo público de alcohol ni los beneficios del vino o de la cerveza, ya que no está exento de riesgo al haberse demostrado su relación directa con el cáncer y otras patologías. Además, los beneficios derivados del consumo de este tipo de bebidas se pueden obtener tras la ingesta de otros alimentos ricos en antioxidantes, sin el perjuicio del alcohol.
  • El vértice para lo superfluo e innecesario. Los dulces y productos similares en composición, ricos en azúcares y/o en grasas, como bollería, repostería, refrescos, snacks y salsas y cremas grasas (mantequilla, margarina, mayonesa...), son alimentos innecesarios para una nutrición correcta. No obstante, su sabor y su textura hacen que gusten, por lo que se aconseja que se saboreen con mesura y sentido común.
En la actualidad, la pirámide de la alimentación que más se acerca a este modelo de cambio promovido desde el GREP-AEDN es la pirámide NAOS de la AESAN. Se propone que sea a partir de ésta, según las modificaciones, sobre la cual se deben lanzar los mensajes de alimentación y estilo de vida saludable.

10 Razones para comer Alimentos Crudos

No es tan simple abandonar cientos de años de tradición alimenticia. Einstein decía: “Es más fácil desarticular un átomo que un hábito”. Sin embargo, es importante tener presente las ventajas de volver a adoptar una alimentación viva, vegana. Echemos una mirada más cercana a los beneficios que puede traernos adoptar Alimentación Viva:
  1. Súper Salud. El conocido filósofo Voltaire, tenía una frase que decía: “El arte de la medicina reside en entretener al paciente, mientras la naturaleza cura su enfermedad”.

    Pero para que naturaleza pueda accionar la cura, debe ser ayudada por los correctos nutrientes. Muchas personas ya se han curado a si mismas, (incluso de enfermedades como cáncer, HIV, diabetes, leucemia, etc.), adoptando la alimentación viva, limpiando sus cuerpos y nutriéndolos adecuadamente. Es muy común en una dieta 95-100% cruda, ser curado de enfermedades supuestamente incurables y nunca más necesitar medicamentos. El sistema inmunológico se altamente beneficiado con este tipo de alimentación.

    Hemos aceptado definir la salud como la “ausencia de enfermedad” sin embargo, no tenemos idea aún del potencial de salud que puede alcanzarse adoptando Alimentación viva. Muchos la adoptan aún estando “saludables” o para prevenir enfermedades degenerativas. Para su sorpresa se encuentran con algo que describen como “súper salud”.

    Estas personas, necesitan dormir mucho menos que 8 horas y más aún, saltan de la cama llenos de energía sin deseos de café u otros estimulantes. Excesos de grasas, desaparecen sin necesidad de pasar “privaciones”. El deseo de comer de más se elimina, así como el control natural del apetito se re-establece.
    Las mujeres se ven libres de los dolores de la menstruación, y para muchas sus períodos (que son una vía de desintoxicación). El trabajo de parto se hace mucho menos doloroso y más rápido y natural. Y las mujeres que se alimentan con alimentación viva durante muchos años, al pasar por la menopausia no presentan síntomas de estar atravesándola.

    Las temperaturas extremas se pueden sienten mucho menos. Los olores corporales son agradables. La piel se vuelve más suave y tersa. El cabello crece brilloso y fuerte. Muchos otras molestias también desaparecen (pie de atleta, acné, alergias, resfríos, gripes, herpes, etc).
    Las personas se sienten más dinámicas, radiantes, carismáticas y confiadas. Hay un sentimiento de lucidez ya que menos energía se necesita para la digestión, y el tiempo de la misma se ve reducido.

    Los atletas que comienzan con alimentación viva, experimentan que su performance mejora. El Dr. Douglas Graham es un gran investigador de atletas nutridos con este tipo de alimentación.
    Desde el momento que todas nuestras células se renuevan aproximadamente cada dos años, luego de dos años en alimentación viva, seremos una persona totalmente nueva, esta será la primera vez que nuestro cuerpo pueda ser reconstruido verdaderamente.

    Muchas personas suelen pensar: “OK, pero de todas maneras, tengo que morirme de alguna cosa”. Esto denota un sentimiento de resignación y una falta de responsabilidad para con nosotros mismos.

    Aún cuando estemos contentos con nuestro actual estado de salud, consideremos la alimentación viva como una manera de prevenir futuras enfermedades y alcanzar una vida longeva y feliz.

  2. Habilidad mental y salud mental. El concepto “somos lo que comemos”, se aplica no sólo a la salud física sino también a la mente. La alimentación influencia las ideas, percepciones y hasta los sueños.

    Llevar una alimentación viva, consigue hacer desaparecer la “niebla del cerebro”, vuelve la mente más aguda e incrementa la competitividad en el trabajo. La concentración aumenta, se está más alerta. Una persona que se alimenta así no tiene sueño luego de comer. Viktoras Kulvinskas, conocido maestro de alimentación viva, dice: “cuando uno come una comida pesada, su energía se va desde el cerebro al estómago”. La digestión de alimentos cocidos y procesados consume una gran cantidad de energía.

    El cuerpo limpio de una persona que sigue una alimentación viva, contribuye a una mente más pura.

    El Dr. Howell, quien estudió el la importancia de las enzimas para la salud, encontró que existe una conexión entre una deficiencia enzimática en la alimentación, típica de la alimentación cocida y procesada, y una disminución en el tamaño y peso del cerebro. Él también estudió que el cerebro se vuelve menor ante la influencia de la obesidad.

    A medida que se incremente la cantidad de alimentos vivos en la dieta, se notará un incremento en los pensamientos positivos. Esto se debe en parte, a que el cuerpo está siendo nutrido adecuadamente, y a que la energía previamente utilizada para la digestión, ahora está siendo utilizada para liberar al cuerpo de toxinas.

    Adoptando la alimentación viva, las personas se vuelven más abiertas de mente. Esto se debe a que el cerebro está más claro. Además porque aceptar rever los hábitos nutricionales, llevo luego a cuestionarse si no habrá también otros hábitos (sociales, culturales, familiares, etc.) que re-pensar.

    En cuanto a los niños, se vuelven mucho mejor en la escuela, la hiperactividad cesa y el cerebro al ser nutrido con alimentos ricos en omega 3 (tal como las semillas de lino), se puede concentrar mucho mejor.
    Problemas como paranoia, depresión, esquizofrenia desaparecen.

  3. Pérdida de peso y belleza. La alimentación viva promueve la belleza. Para comenzar se alcanza y mantiene el peso ideal con mucho menos esfuerzo que en una dieta cocida y sin pasar hambre. Las personas obesas pierden rápidamente peso aún comiendo paltas, frutos secos, olivas y “helados vivos”. Las grasas crudas (de paltas, olivas, nueces, semillas, cocos, etc.) de hecho son necesarias para mantener una piel, cabello, glándulas y cerebro saludables. Ellas son ricas en ácidos grasos esenciales como el ácido linoleico, el cual se desnaturaliza al ser calentado. Mientras que las grasas cocinadas se acumulan en el cuerpo y se vuelven fatales para la salud. Los almidones cocidos también son extremadamente grasosos.

    Además, las celulitis, que se cree provienen de grasas calentadas, gradualmente desaparecen con el consumo de jugo de toronja o pomelo exprimido. En alimentación viva, la eliminación de los deshechos celulares y el incremento del drenaje linfático ayuda a remover las celulitis.

    Mientras el cuerpo se renueva de células viejas con células saludables a través de la adecuada nutrición que solo la alimentación viva provee, el cabello crece más rápido, más brilloso y sedoso. Es conocido el caso de la Dra. Ann Wigmore quien incluso, consiguió revertir las canas de su cabello.

    La piel se volverá sumamente suave y brillosa. Tus uñas serán más fuertes. Las líneas faciales se atenuarán e incluso pueden desaparecer. El tono muscular será más fuerte. Los ojos brillarán y te verás mucho más joven.
    La alimentación cruda, viva, el agua pura, el buen descanso, la luz del sol, las relaciones saludables, el ejercicio, el aire fresco, el ayuno y la abstinencia de drogas, medicamentos, vacunas y otros tóxicos son los requerimientos primarios para mantenernos jóvenes, bellos y saludables.

  4. Balance emocional. A través de una alimentación viva, perdemos el impulso hacia el conflicto y la guerra, ya que nuestro organismo como un todo, deja de estar en guerra y conflicto consigo mismo, las células están perfectamente nutridas y en paz por ende, esa paz se traslada a nuestras emociones también. La cantidad de químicos y de comida cocida y procesada crean un stress para el cerebro y el cuerpo. La comida “muerta”, desnaturalizada, cargada de toxinas, contamina la conciencia.

    Con el balance emocional proveniente de una alimentación viva, los cambios de humor encuentran un equilibrio. La mente se serena y tenemos la capacidad pata enfrentar el stress del mundo. No se necesitarán antidepresivos ni medicamentos para la ansiedad.

    La mente termina su “carrera”, te vuelves más optimista (porque traes luz dentro tuyo al comer alimentos cargados con energía solar), entusiasta.
    Muchos de los sentimientos negativos que experimentamos son producto del desbalance físico, un signo de que la química del cuerpo está en desequilibrio y que estamos llenos de toxinas.

  5. Mayor energía. Las personas con poca vitalidad física, tiene poca energía disponible.

    La alimentación proporciona energía para el movimiento y materia para la construcción del organismo.
    La alimentación viva suele llamarse también alimentación solar porque contiene energía solar, la cual es absorbida por nuestras células, tornándola luz solar densificada.
    Cuanta mayor cantidad de luz absorbamos y asimilemos, dispondremos de mayor energía vital.

  6. Economía. La alimentación viva permite ahorrar dinero ya que comprarás menos alimentos procesados que han pasado por muchos niveles en la cadena productiva encareciendo el producto final. Se ahorra dinero en comida chatarra, cambiándola por alimentos simples. Inclusive se ahorra dinero en la verdulería (luego de comer alimentos vivos un año o más) ya que a medida que el cuerpo se reconstruye con alimentos vivos, verás que necesitas comer menos. Considera que estarás recibiendo mayor cantidad de nutrientes a través de frutas y vegetales crudos que cocidos.

    Inclusive, ahorras dinero en productos de higiene personal como perfumes, desodorantes, etc. Usarás menos jabón y detergente de ropa porque tendrás menos transpiración cargada de toxinas.

    Ahorras energía eléctrica ya que tolerarás mejor el calor y utilizarás menos el aire acondicionado. Preferirás caminar más en lugar de manejar o tomar ómnibus por lo que ahorrarás dinero en gasolina. Ahorrarás en gas ya que no utilizarás horno.

    Ahorrarás dinero en medicamentos, vistas al médico y servicios de salud. Te sentirás en completo control de tu salud y no tendrás más miedo de ser “víctima de la enfermedad”.

    Te volverás menos interesado en entretenimientos masivos y te preferirás actividades más simples y económicas.

  7. Placer. Quizá sea difícil imaginárselo ahora, pero luego de un tiempo comiendo alimentación viva, los alimentos tendrán un sabor mucho más agradable. Sentirás mucho más placer comiendo más simple.

    La comida cocida pierde tanto sabor que tiene que ser condimentando en gran cantidad, incluso muchas veces utilizando aditivos químicos como el glutamato monosódico (MSG), que es un aditivo que realza los sabores, generalmente oculto en gran cantidad de comida procesada.

    Incluso la comida cocida tiene que ser mejorada con sal, azúcar y condimentos poco saludables (kétchup, mayonesa). Una vez que el cuerpo se desintoxica ya no necesitarás estos sabores.

    El placer cuando se come alimentación viva aumenta pero el aspecto adictivo desaparece.

  8. Ecología. En la alimentación viva hay mucha menos basura y de hecho prácticamente todo se reutiliza o en su defecto se utiliza como abono orgánico.

    La alimentación viva además ayuda a la regeneración del suelo ya que el monocultivo actual lleva a la erosión de los nutrientes del suelo, volviéndolo desiertos estériles. La Alimentación viva promueve la plantación de árboles ya que éstos mineralizan la tierra.

    Además el desperdicio de agua utilizada en la cría de ganado es enorme por lo que si más personas adoptan la alimentación viva, el consumo de agua será menor. Además las personas que adoptan una alimentación viva, necesitan tomar menos cantidad de agua ya que las frutas y verduras crudas les proveen de agua estructurada. En una alimentación cocida el cuerpo necesita de mucha más agua para suspender los patógenos y eliminarlos del cuerpo y para producir más jugos gástricos para digerir la comida cocida.

    Si utilizamos nuestros recursos para producir frutas, verduras, semillas y frutos secos orgánicos, más cantidad de gente podrá ser alimentada. La producción de ganado requiere de la utilización de más cantidad de terreno que la producción agrícola.

    Además al nutrirnos con alimentos vivos nos sentimos mucho más cercanos a la Madre Tierra y a toda su creación y más conscientemente nos esforzamos por evitar la polución. Es simple, si buscamos evitar contaminarnos por dentro, inevitablemente querremos la contaminación por fuera.

  9. Tiempo libre. Nunca más tendremos que pasar un tiempo precioso limpiando trastos y ollas sucias, llenas de aceites y materiales pegajosos (cabe destacar que así como quedan los trastos, igual queda nuestro cuerpo por dentro). Nunca más tendremos que pasar horas limpiando un horno grasiento. Lavar los utensilios utilizados en alimentación viva es simple. Durante los primeros seis o doce meses de experimentar la alimentación viva, quizá lleve un poco de tiempo preparar determinadas recetas gourmet, pero luego de un año o más te volverás contento de alimentarte de manera simple. Además necesitarás menos horas de sueño por lo que tendrás más tiempo libre.
  10. Longevidad. De los millones de especies vivas, sólo los humanos cocinan sus alimentos. A excepción de los animales domésticos o del zoológico que son alimentados con alimentos cocidos y terminan desarrollando las mismas enfermedades que los humanos que se alimentan de la misma manera.

    Sólo los humanos deliberadamente calientan sus alimentos y sólo los humanos viven mucho menos de lo que deberían. Naturalmente, un animal en un ambiente no poluído vive siete veces más pasada su edad de maduración. Los humanos adquirimos nuestra maduración física a los 18-20 años, deberíamos poder vivir al menos 140 años, llenos de vigor y salud.

    Con alimentación viva agregarás más años a tu vida.

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